lunes, 2 de febrero de 2015

Viaje a Estambul, Israel, Jordania y Palestina, Diciembre / Enero de 2015



El viaje comenzó con una visita a Estambul  para pasar Nochevieja. 

Estambul es la mayor ciudad de Turquía y la primera más poblada de Europa. Se la considera como una de las ciudades más bellas de Europa, siendo una de las tres urbes transcontinentales que se sitúan entre Europa y Asia (las otras dos son Atyrau y Oremburgo).

Según las últimas estimaciones la población de esta megalópolis se ha incrementado hasta llegar a los 14.160.467 habitantes. La mayor parte de la población es de religión musulmana, si bien existen minorías de cristianos (68 000) y de judíos (22 000).

Era la segunda vez que visitaba la ciudad por lo que ya conocía algo de ella. Es una ciudad a la que se puede venir en multitud de ocasiones, y estoy seguro de que regresaré a ella en más de una ocasión todavía. En esta estancia de tres días y medio en Estambul pasé Nochevieja y los días anteriores y parte del día 1. La nevada que cayó el día 31 fue de película, dejó la ciudad completamente blanca, muy bonita pero también con bastante frío. 

Santa Sofia de Estambul
De aquí volé a Tel Aviv, Israel, desde donde al día siguiente me cogí un bus que me llevó a la ciudad de Eilat, al sur, desde donde crucé hasta Aqaba, popular destino en Jordania para aquellos que quieran disfrutar de las bondades del Mar Rojo. Esta no era la ocasión, aunque no nevaba, ni llovía, el tiempo era fabuloso, tampoco apetecía darse un baño, por lo que me sirvió tan solo de estancia para pasar un día relajado y al día siguiente desplazarme al Wadi Rum.


El Wadi Rum,  también conocido como el Valle de la Luna, uno de los desiertos más bellos del mundo que está situado a 1600 msnm en una región montañosa formada por granito y arenisca en el sur de Jordania, 60 km al este-nordeste de Aqaba. El nombre rum significa "alto" o "elevado" en idioma arameo, y su pronunciación denota la cercana influencia árabe. El punto más elevado de Wadi Rum es el monte Jabal Umm ad Dami, con 1854 msnm.

Wadi Rum ha estado habitado desde la Prehistoria por diversas culturas, incluidos los nabateos, que han dejado su impronta en los petroglifos. Desde 2007, habitan el desierto varias tribus de beduinos.
















En Occidente, Uadi Rum es conocido por el oficial del ejército británico T. E. Lawrence (Lawrence de Arabia), que lo usó como base de operaciones durante la Rebelión Árabe de 1917-1918. En los años ochenta, una de las formaciones rocosas más espectaculares de Uadi Rum fue nombrada Los Siete Pilares de la Sabiduría en honor al libro del mismo nombre de Lawrence, aunque no tiene nada que ver con él. Desde 1984, varios escaladores muy conocidos utilizaron esta zona como área de escalada, por lo que ahora es un destino típico para este tipo de turismo. En esta ocasión no tocó pero regresaré a escalar por aquí.
Después de esto me desplacé hasta Petra.
















Petra es un importante enclave arqueológico en Jordania, y la capital del antiguo reino nabateo. El nombre de Petra proviene del griego πέτρα que significa piedra, y su nombre es perfectamente idóneo; no se trata de una ciudad construida con piedra sino, literalmente, excavada y esculpida en la piedra.

Los restos más célebres de Petra son sin duda sus construcciones labradas en la misma roca del valle (hemispeos), en particular, los edificios conocidos como el Khazneh (el Tesoro) y el Deir (el Monasterio).

Fundada en la antigüedad hacia el final de siglo VIII a. C. por los edomitas, fue ocupada en el siglo VI a. C. por los nabateos que la hicieron prosperar gracias a su situación en la ruta de las caravanas que llevaban el incienso, las especias y otros productos de lujo entre Egipto, Siria, Arabia y el sur del Mediterráneo.
Hacia el siglo VIII, el cambio de las rutas comerciales y los terremotos sufridos, condujeron al abandono de la ciudad por sus habitantes. Cayó en el olvido en la era moderna, y el lugar fue redescubierto para el mundo occidental por el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt en 1812.

Numerosos edificios cuyas fachadas están directamente esculpidas en la roca, forman un conjunto monumental único que a partir del 6 de diciembre de 1985, está inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. La zona que rodea el lugar es también, desde 1993, Parque Nacional arqueológico.

Desde el 7 de julio de 2007, Petra forma parte de las Las nuevas siete maravillas del mundo moderno.

Desde Petra me desplacé hasta Dana, capital del senderismo en Jordania, pero debido a una tormenta de nieve y frío hubo que abandonar el pueblo inmediatamente, por lo que ha quedado pendiente para una futura visita al país.

La siguiente ciudad y empujado por la nieve fue Amman, la capital. Es una ciudad de poco atractivo turístico, pero para mí sí que fue bastante interesante, porque los tres días que estuve por allí me paseé por los mercados y las tiendas que normalmente el turista deja de lado, y que a mí me gusta patear.

Madaba. Localidad visitada desde Amman y famosa por sus mosaicos.

Mosaicos en venta en una tienda del Madaba

Monte Nebo. Es un pico de 817 metros situado en el oeste de la Jordania actual, y famoso porque la historia bíblica del último capítulo de Deuteronomio 34:11 narra cómo Moisés, negada la entrada de la Tierra Prometida a la que dirigió a los israelitas desde Egipto, vio la tierra de Canaán desde la cima del Monte Nebo antes de morir.

El lugar exacto del bíblico monte Nebo no se conoce, pues el lugar descrito en la Biblia es para unos el monte Sinaí y para otros las montañas Abarim, al este de la desembocadura del río Jordán en el mar Muerto, pero tradicionalmente se le considera que fue aquí.

Vistas desde el Monte Nebo
Mar Muerto. El archiconocido Mar muerto es en realidad un lago endorreico salado situado en una profunda depresión a 416,5 m bajo el nivel del mar, entre Israel, Cisjordania (territorio en disputa con la Autoridad Nacional Palestina) y Jordania. Ocupa la parte más profunda de una depresión tectónica atravesada por el río Jordán y que también incluye el lago de Tiberíades. Los griegos de la Antigüedad lo llamaban lago Asfaltites, por los depósitos de asfalto que se encuentran en sus orillas, conocidos y explotados desde la Edad Antigua. Tiene unos 80 km de largo y un ancho máximo de unos 16 km; su superficie es aproximadamente de 810 km². Recibe agua del río Jordán, de otras fuentes menores y de la escasa precipitación que se produce sobre el lago, y el nivel de sus aguas es el resultado del balance entre estos aportes y la evaporación.

Este mar es famoso por su alta salinidad, para que os hagáis una idea la salinidad del Mar Muerto está en torno a 235 kg/m³, que se corresponde a una salinidad del 28%, y crece a una tasa de 0,5 kg/m³/año en verano, como comparación, la salinidad promedio del agua de los océanos está entre 3,1–3,8%, es decir unas 9 veces menos.

Debido a esto la flotabilidad en este mar es muy alta. No necesitas hacer ningún esfuerzo para flotar. La típica imagen del bañista leyendo el periódico en el agua sin hacer ningún esfuerzo es cierta, el problema es que le caiga agua al bañista en los ojos… y por supuesto de bucear nada…


Después de la experiencia del Mar Muerto, nos dirigimos a Jerusalem.

Es la capital de Israel y su ciudad más grande y poblada, con 804,355 residentes en un área de 125,1 kilómetros cuadrados.

El estatus de la parte oriental de la ciudad, conquistada en 1967 por Israel, se encuentra disputado, ya que en este sector —referido habitualmente como Jerusalén Este o Jerusalén Oriental, que incluye la Ciudad Vieja— es donde el Estado de Palestina pretende establecer su capital. Israel discute las reclamaciones palestinas y, tras la Guerra de los Seis Días, considera la ciudad como un todo unificado y un mismo municipio, declarándola como su capital "eterna e indivisible" mediante la Ley de Jerusalén en 1980. Esta anexión ha provocado un amplio rechazo en la comunidad internacional, materializado en la resolución 478 del Consejo de Seguridad, que la consideró contraria al Derecho internacional, y en señal de protesta por este acto unilateral los Estados miembros de las Naciones Unidas acabaron por trasladar sus embajadas a Tel Aviv, tal como pedía la resolución.

Jerusalén es una de las ciudades más antiguas del mundo, habitada por los jebuseos antes de la llegada de las tribus hebreas a Canaán a principios del siglo XIII a. C. Según la tradición, puesta en duda por algunos arqueólogos, fue la antigua capital del Reino de Israel y del Reino de Judá, y siglos más tarde del reino franco de Jerusalén. Es considerada una ciudad sagrada por tres de las mayores religiones monoteístas: el judaísmo, el cristianismo y el islam.

La Ciudad Vieja de Jerusalén fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981. Pasear por esta parte de la ciudad es toda una delicia. Acercarte al Muro de Las Lamentaciones y ver la Cúpula de la Roca a 100 metros detrás, es una de las imágenes que todos hemos visto en alguna ocasión en nuestras vidas. Es una ciudad que merece absolutamente una visita.









Desde allí nos dirigimos a ver Palestina, concretamente Belem, con su Basílica del Nacimiento y los grafitis en los que el Estado Palestino reclama su territorio.




Luego me dirigí a Ramallah, actual capital del Estado Palestino. Ramallah me sorprendió por lo caótica de la misma, a pesar de estar tan cerca de Jerusalem y lo diferente que son!




Desde Jerusalem al día siguiente alquilé un vehículo y me dirigí de nuevo al Mar Muerto, pero en esta ocasión a la parte Cisjordana del mismo, y desde allí a Masada, que es el nombre que recibe un conjunto de palacios y fortificaciones situado en la cumbre amesetada de una montaña aislada en la región oriental del desierto de Judea, próxima a la costa sudoccidental del mar Muerto.

Masada es conocida por su destacada importancia en los compases finales de la Primera Guerra Judeo-Romana (también conocida como la Gran Revuelta Judía), cuando el asedio de la fortaleza por parte de las tropas del Imperio romano condujo finalmente a sus defensores a realizar un suicidio colectivo al advertir que la derrota era inminente. En la actualidad, Masada es un destacado sitio turístico, a la vez que posee una importante carga simbólica para el nacionalismo judío, como uno de los postreros episodios de afirmación y resistencia nacional antes de la definitiva diáspora.




Desde allí nos dirigimos a ver el complejo hotelero de Ein Bokek, una especie de Benidorm pero en la costa del Mar Muerto.


La siguiente etapa fue el norte de Israel, concretamente el Mar de Galilea, la ciudad de Tiberias y el pueblo de Capernaum, que es conocida por los cristianos como "la ciudad de Jesús"; nombrada en el Nuevo Testamento, fue uno de los lugares elegidos por Jesús de Nazareth para transmitir su mensaje y realizar algunos de sus milagros.

De allí a los Altos del Golán hay un paseo en coche de un par de horas, por lo que me dirigí hasta allí, aunque hubo que darse la vuelta porque una copiosa nevada auguraba que la carretera se quedaría cortada pocos kilómetros después, de modo que de los Altos del Golán, sólo me pude quedar en sus estribaciones, y ver parte de su magnífico paisaje.

Akre/Acco. Es una ciudad costera israelí situada a orillas del mar Mediterráneo, cercana a la bahía de Haifa. Destaca por su casco histórico, que bien merece una visita y por su puerto. Es una de las ciudades más bonitas que he visitado en el viaje.

Esta ciudad es también famosa porque en esta ciudad vivió prisionero durante 22 años, Bahá'u'lláh, Profeta fundador de la Fe Bahá'í. Allí se encuentra su santuario el cual es considerado el lugar más sagrado de la tierra para esta confesión religiosa; es uno de los centros principales de peregrinación bahá'í y es el punto a donde todos los bahá'ís de todo el mundo se vuelven cada día para la oración obligatoria.


Haifa. Es una ciudad nueva que poco tiene que ver. A mí personalmente no me llamó la atención.



Nazaret. Es la cuna de la Cristiandad, la ciudad donde, según la tradición, el ángel Gabriel anunció a María que iba a concebir por obra del Espíritu Santo y el lugar donde Jesús pasó su infancia y su juventud. Nazaret, en la Baja Galilea, está inmersa en el corazón de un valle rodeado de montañas que acoge varios de los lugares cristianos más importantes del mundo. Es una ciudad llena de religión y fe, de espiritualidad y santidad, pero también posee una rica historia, fascinantes restos arqueológicos, cultura moderna y todo el encanto de Oriente Próximo.


Tel Aviv. Es una ciudad nueva de poco interés, pero hay que hacer referencia al bonito barrio de Jaffa en el sur de la ciudad.